Pedro el ratón. Capítulo diez. El gran problema. Parte cuatro. El elevador.
Raquel y Scout corrieron hacia el edificio de Pedro.
“¡Cielos!” dijo Raquel cuando llegaron al edificio de Pedro. “Eres demasiado grande para usar la entrada de los ratones.”
“No hay problema”, dijo Scout. “Podemos usar el elevador. Lo conozco muy bien.”
“Ah, claro”, dijo Raquel. “Los humanos y los perros usan los elevadores. ¡Vamos!"
Caminaron hacia ellos y entraron en el primero que vieron.
“Qué pasa ahora?” preguntó Raquel.
“Ahora, esperamos”, dijo Scout.
“¿Esperamos qué?” Preguntó Raquel.
“A que suba el elevador”, dijo Scout.
Esperaron, esperaron y esperaron. Y después de esperar mucho tiempo Raquel dijo: “Creo que necesitas apretar uno de esos botones, Scout.”
“Y yo creo que este elevador no funciona muy bien”, dijo Scout.
Raquel miró hacia arriba. “Bueno…” ella dijo muy lentamente, “tienes razón. Parece que el elevador no funciona. Pero, si aprietas uno de esos botones...”
“Botones...” dijo Scout.
“¡Mira!” gritó Raquel. “¡Debes apretar un botón para usar el elevador!"
Él estaba pensando. “Raquel”, dijo, “¿sabes que estos botones tienen números?"
“Lo sé…” dijo Raquel.
“Y que probablemente hay un botón para cada piso”, dijo Scout.
“Sí, sí”, dijo Raquel. "Y lo que dije fue..."
“Tengo una muy buena idea”, dijo Scout. "Voy a apretar un botón y vamos a ver qué pasa.”
“¡Cielos!” gritó Raquel. “¡Sólo aprieta un botón! ¡Y rápido!”
Con su nariz Scout apretó el botón número cuarenta.
Y las puertas del elevador se cerraron.
Pedro el ratón. Capítulo diez. El gran problema. Parte cuatro. El elevador.
Raquel y Scout corrieron al edificio de Pedro.
“¡Cielos!” Dijo Raquel cuando llegaron al edificio de Pedro. “Eres demasiado grande para usar la entrada de los ratones.”
“No hay problema”, dijo Scout. “Podemos usar el elevador. Lo conozco muy bien.”
“Ah, claro”, dijo Raquel. “Los humanos y los perros pueden usar los elevadores. ¡Vamos!"
Caminaron a los elevadores y se sentaron en el primero elevador que vieron.
“Qué pasa ahora?” Preguntó Raquel.
“Ahora, esperamos”, dijo Scout.
“¿Esperamos por qué?” Preguntó Raquel.
“Por el elevador Subir por el elevador”, dijo Scout.
Esperaron, y esperaron, y esperaron. Y después de esperar por mucho tiempo Raquel dijo: “Creo que necesitas apretar uno de esos botones, Scout.”
“Y yo creo que este elevador no funciona muy bien”, dijo Scout.
Raquel miró hacia arriba. “Bueno…” ella dijo muy lentamente, “tienes razón. Ahora, el elevador no funciona. Pero, si aprietas uno de esos botones...”
“Botones...” dijo Scout.
“¡Mira!” Gritó Raquel. “¡Debes apretar un botón para usar el elevador!"
Él estaba pensando. “Raquel”, dijo, “¿sabes que éstos botones tienen números?"
“Lo sé…” dijo Raquel.
“Y creo que probablemente hay un botón para cada piso”, dijo Scout.
“Sí, sí”, dijo Raquel. "Y lo que dije fue..."
“Tengo una idea muy buena”, dijo Scout. "Voy a apretar un botón y vamos a ver qué pasa.”
“¡Cielos!” Gritó Raquel. “¡Sólo aprieta un botón! ¡Y rápidamente!”
Con su nariz, Scout apretó el botón número cuarenta.
Y las puertas del elevador se cerraron.
Pedro el ratón. Capítulo diez. El gran problema. Parte cuatro. El elevador.
Raquel y Scout corrieron al edificio de Pedro.
“¡Cielos!” Dijo Raquel cuándo llegaron al edificio de Pedro. “Eres demasiado grande para usar la entrada de los ratones.”
“No hay problema”, dijo Scout. “Podemos usar el elevador. Lo conozco muy bien.”
“Ah, claro”, dijo Raquel. “Los humanos y los perros pueden usar los elevadores. ¡Vamos!"
Caminaron a hacia los elevadores y se sentaron en el primero elevador que vieron veían.
“¿Qué pasa ahora?” Preguntó Raquel.
“Ahora, esperamos”, dijo Scout.
“¿Qué esperamos por qué?” Preguntó Raquel.
“Por el elevador subir Para subir al elevador”, dijo Scout.
Esperaron, y esperaron, y esperaron. Y después de esperar por mucho tiempo Raquel dijo: “Creo que necesitas apretar/oprimir uno de esos botones, Scout.”
“Y yo creo que este elevador no funciona muy bien”, dijo Scout.
Raquel miró arriba. “Bueno…” ella dijo muy lentamente, “tienes razón. Ahora, el elevador no funciona. Pero, si aprietas uno de esos botones...”
“Botones...” dijo Scout.
“¡Mira!” Gritó Raquel. “¡Debes apretar un botón para usar el elevador!"
Él estaba pensando. “Raquel”, dijo, “¿sabes que estos botones tienen números?"
“Lo sé…” dijo Raquel.
“Y creo que probablemente hay un botón para cada piso”, dijo Scout.
“Sí, sí”, dijo Raquel. "Y lo que dije fue..."
“Tengo una idea muy buena”, dijo Scout. "Voy a apretar un botón y vamos a ver qué pasa.”
“¡Cielos!” Gritó Raquel. “¡Sólo aprieta un botón! ¡Y rápidamente!”
Con su nariz Scout apretó el botón número cuarenta.
Y las puertas del elevador se cerraron.
