El discurso del rector de la MGIMO Anatoly Torkunov (parte) En general, la idea de los clubes, las para-organizaciones, como dicen los juristas, o las sostenibles ad-hoc coaliciones parece interesante y potencialmente eficaz. La verdad es que si miramos las crisis y los conflictos del mundo posbipolar, veremos que su resolución exitosa estaba relacionada exclusivamente con la participación sistemática de los partes profundamente interesados: así fueron el proceso madrileño, la coalición antiterrorista, algunos aspectos de la situación en Yugoslavia y la cuestión de las armas nucleares en Siria. La resolución de la crisis en Ucrania, como mínimo sus aspectos externos, también depende de los esfuerzos multilaterales eficaces. En suma, la situación en Ucrania, si no hablamos de su tragicidad interna, ha demostrado que el sistema europeo de la estabilidad, la seguridad, la interdependencia económica se construía por un lado, según los estándares dobles, por otro lado, simplemente sin tomar la responsabilidad debida. La lógica de la guerra fría - uno que no está con nosotros, está en contra - se notaba en los asuntos ucranianos desde los tiempos de la revolución naranja. Probablemente, los elementos de esta lógica los podemos encontrar también en las acciones de Rusia, pero fueron los colegas europeos quien la empezó, refiriéndose a las reglas burocráticas estrictas de la integración y la ampliación de la UE. El país como Ucrania sin duda alguna merece tener su propio enfoque, elaborado sólo para él. Constatando la falta de la concreción que tienen los parámetros del sistema contemporáneo, si los miramos desde el punto de vista de las ideas tradicionales sobre el orden global, se puede destacar una constante, que predomina cada día más. Se trata de la interdependencia dramática de los países, los procesos internacionales, la economía y la política. Debido a la densidad, el mundo de hoy se ha convertido en un modelo tan multifacético que se hace más difícil predecirlo. Precisamente por eso mucha gente en Rusia toma las sanciones con una tranquilidad filosófica, aunque parezca que las ventajas competitivas de repente se conviertan en los cargos.