La semana pasada leí el cuento "La señorita Cora", un cuento escrito por Julio Cortázar.
El protagonista, Pablo, es un adolescente de quince años, y está hospitalizado por una operación de apéndice. La joven señorita Cora es la enfermera en cargo de cuidar a Pablito, a quien le tiene mucho cariño, tal vez incluso esté enamorada, pero trata de esconder sus sentimientos hacia él, quizás para no ser mal visto. Pablo es un chico bien pegado a su mamá, por lo que la gente no le daría la edad de quince años, pero quiere hacerse el adulto, lo cual normalmente no le sale bien, muchas veces se pone colorado a la vista de la bonita enfermera. Se puede decir que él está enamorado de Cora, por lo que se siente muy celoso cuando se entera que ella tiene una relación con el anestesista del hospital. Al final de la historia, el pobre Pablo fallece por su enfermedad, lo cual le da mucho dolor a la joven enfermera.
Para mí, lo más interesante de esta obra de Cortázar no solo es la manera como describe la relación entre los protagonistas, sino también que tiene un estilo único: Está escrita desde los distintos puntos de vista de cada persona que aparece en el cuento y cambia muy brusco entre los interlocutores, hasta a veces en la misma oración.