En realidad, esto no se trata de un edificio, sino su diseño es increíble, no
obstante. El año pasado, mis compañeros de curso del arte y yo fuimos a la
capital de México para analizar y aprender sobre la historia de la cultura
visual en un país hispano hablante. Comenzamos desde la época precolombina, como
los templos de las Aztecas, y viajamos al través de la historia de México
tocando los tiempos de la colonización, la revolución, y la modernidad. En el
último día hablamos de edificios contemporáneos, como el gasto excesivo que causo el
gobierno. En el último día, hicimos una excursión desde el monumento a la
Revolución y terminamos en la Estela de luz. Desde que yo la vi, no me
gusto su diseño. Era muy antiestética y cuando aprendí que el proyecto de
construcción tomó más tiempo de lo que estaba planeado, pensé que su valor
cultural, este se perdió por que el proyecto público cuesto demasiado,
mientras hay comunidades que necesitan ayuda (económica). Ahora cuando la veo, pienso en
las galletas Suavicremas que nuestra guía turística
nos dio. Ella dijo que uno
de sus apodos es la Sauvicrema porque el monumento comparte la forma de la
galleta.