Tenía un profesor de ciencias naturales que me fomentó una curiosidad intensa por las ciencias. Él siempre llevaba una maqueta o dinámica para exponer durante el comienzo de la clase. Algunos de mis favoritos eran un aparato de espejos que hacía un hologram, un aerodeslizador hecho de una aspiradora, una pintura de uñas que cambiaba de color con los rayos del sol y una cama de clavos.