El Gato y el Ratón
Había una vez un gato llamado Tomás. Tomás vivía en una casa grande con su dueño, Juan. Tomás era un gato muy curioso y le gustaba explorar todos los rincones de la casa.
Un día, Tomás vio un pequeño ratón corriendo por la cocina. El ratón era marrón y se llamaba Miguel. Miguel estaba buscando comida porque tenía mucha hambre. Tomás decidió seguir a Miguel para ver qué hacía.
Miguel encontró un pedazo de queso en la esquina de la cocina y empezó a comerlo. Tomás se acercó silenciosamente, pero Miguel lo vio y salió corriendo. Tomás persiguió a Miguel por toda la casa, pero el ratón era muy rápido y se escondió en un pequeño agujero en la pared.
Tomás se quedó mirando el agujero, esperando que Miguel saliera. Pero Miguel era muy inteligente y no salió hasta que Tomás se fue. Desde ese día, Tomás y Miguel se convirtieron en amigos. Cada vez que Tomás veía a Miguel, no lo perseguía, sino que lo observaba desde lejos.
Miguel ya no tenía miedo de Tomás y juntos exploraban la casa. A veces, Miguel encontraba comida y compartía con Tomás. Otras veces, Tomás encontraba un lugar nuevo para jugar y mostraba a Miguel.
Y así, el gato y el ratón vivieron felices y en paz, disfrutando de sus aventuras juntos.
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