La leyenda de La Candileja proviene de las zonas rurales de Colombia y cuenta la historia de un espíritu que aparece en forma de tres bolas de fuego brillantes y ardientes. Según la tradición, La Candileja es el alma de una abuela que malcrió a sus nietos, permitiendo que fueran crueles y malvados. Como castigo, fue condenada a vagar por los caminos, atormentando a quienes se cruzan en su camino.
La Candileja se presenta como una luz brillante que flota en el aire, moviéndose rápidamente de un lado a otro, persiguiendo a los viajeros que se atreven a andar solos por las noches. A veces, aparece con un sonido espeluznante y otras simplemente los deja desorientados, perdidos en la oscuridad. Muchos dicen que si alguien es alcanzado por estas llamas, puede quemarse sin remedio.
Para protegerse de La Candileja, algunos campesinos aconsejan llevar consigo una rama de sauce o encender una fogata, ya que la luz del fuego puede hacer que el espíritu se aleje.